miércoles, 7 de marzo de 2007

Crispación eres tú

Prometió un cambio tranquilo, pero firme, como aseguró que era su caracter. También en eso nos mintió.
Pero no es de extrañar. A estas alturas de la película deberíamos tener más que calada a esta caterva socialista. Y no porque sean distintos o especiales; simplemente porque son así.
El gobierno le llegó súbitamente, de manera inesperada. Y a pesar de lo blando de su carácter, de ese insulso movimiento de manitas, de esa figura encorvadita denotando timidez y de esa perenne y vacua sonrisa, la bruja de Blancanieves, nada de Bambi, nos sorprende a cada instante.
Matarían a su abuelo, pobre hombre... o no, pero el resentimiento con el que ZP actúa no puede venir sólo de ahí. Fijación con Aznar, persecución absoluta a la derecha y machaque sistemático del oponente. Todos contra el PP, la bestia parda. Llevamos tres años, tres, en los que toda acción del desgobierno ha venido motivada por el odio y el afán de venganza... pero ¿de qué? ¿Qué le hemos hecho a este señor? ¿O a su abuelo? ¿O a su... santa madre?
No se pueden acumular más despropósitos en tan poco tiempo. A pesar de los aplausos que nos han vendido estos días en no se qué congresillo, cada vez le reciben peor incluso entre los suyos. Muchas son las voces socialistas que le cuestionan, y no me extraña.
Después del previsible batacazo electoral en Madrid, no creo que ZP apure un año más su culo en La Moncloa. Todo lo que le queda es Rubalcaba, ese Maquiavelo servicial y sempiterno, de González, de los GAL, del "gobierno que no mienta"... y de lo que haga falta. Su programa está vacío y sólo se nutre con la obsesión: "¿Qué haría hoy Aznar? Pues yo lo contrario". Y así nos va.
Me duele escuchar de Patxi, sí, el López del PSE, que le preocupa esta derecha cada vez más crispada. Demasiado estamos aguantando como para no crisparnos. Pero no somos nosotros los culpables de nuestro propio malestar. Se nos está empalando constante y sistemáticamente. Y cuando uno tiene un palo metido en el culo es muy difícil que le convenzan de que es un pirulí.
El rey de la crispación, de la provocación y del despropósito es nuestro inefable presi. Esperemos que las urnas lo echen aún a tiempo de recuperar tanto destrozo.

1 comentario:

Miss Peras dijo...

Leo asombrada y maravillada: "cuando uno tiene un palo metido en el culo es muy difícil que le convenzan de que es un pirulí". Tío Pop, ¡qué poeta ha perdido España en ti!