miércoles, 25 de abril de 2007

La cultura ¿patrimonio de todos?

Desde hace meses es sabido por diversos medios de comunicación, aunque más bien muy escasos (yo conozco dos: Libertad Digital y la Asociación de Internautas), que los culturetas de nuestro país, al son de otros países también y a falta de ideas empresariales que permitan mantener su chollo comercial, gravan con impuestos revolucionarios (llamados tasas) cualquier acceso a los sistemas electrónicos cotidianos que son parte de nuestra vida actual, tales como teléfonos móviles, escáneres, impresoras, ordenadores, lápices de memoria, cámaras digitales, discos duros, cederrones (se escribe así, según la R.A.E.) y soportes en DVD y algunos más que me dejaré en el tintero. El argumento que esgrimen es que estos aparatos facilitan o permiten la copia indiscriminada de obras artísticas sujetas a derechos de autor. No diferencian entre las de uso propio de las de uso con fines lucrativos (top manta, entre otros).

No contentos con ello y con la colaboración del PSOE y el abominable silencio del PP, pactan introducir una legislación que permita a las sociedades de gestión, de la cual forman parte los antes llamados culturetas, intervenir mediante simple denuncia administrativa a las empresas de telecomunicaciones, sin pasar por la decisión de un juez o tribunal, las conexiones P2P y suprimir páginas web donde, presuntamente, se están cometiendo delitos contra la propiedad intelectual.

No voy a entrar en detalles acerca de todo esto, ya que está suficientemente bien explicado por la Asociación de Internautas y por periodistas de verdad, que están interesados, como yo, en que la cultura no sea un negocio que vaya más allá de lo moralmente admisible. No voy a perder un minuto en condenar la piratería, dado que la propia e inadmisible piratería se nos va a ejercer contra nosotros, los ciudadanos, mediante patentes de corso, que se les entregará a través de la nueva legislación afecta a las Sociedades de Información, o como rayos se escriba.

Ahora incluso, leo hace tan sólo unos minutos, pretenden cobrar por las letras de canciones publicadas en Internet. Señores, en breve canturrear una canción será delito y nuestros hijos, no ya nosotros, carecerán del conocimiento global que Internet facilita al ciudadano, volviendo a los oscuros tiempos de la ignorancia de tiempos del medievo, donde los códices, libros de comedia y científicos estaban reservados a unos pocos (no hagan comentarios inútiles acerca de los que cometieron aquellas atrocidades intelectuales, por favor, que no vienen al caso).

En definitiva, la cultura, aunque se deba llamar cultura a, por ejemplo, una canción de Miguel Bosé o Alejandro Sanz, va a ser privilegio de unos pocos. Los que puedan pagar. Los que no paguen, que se pongan a cantar canciones infantiles, tipo las de “Al pasar la barca, le dijo el barquero…”, o “El cocherito, leré…”, que las otras estarán vedadas. Y todo para que unos cuantos privilegiados puedan vivir sin pegar ni golpe. Solamente porque un día escribieron o canturrearon, más mal que bien, un libro o una canción que les dio fama y popularidad. Antaño, los grandes compositores, tan enormes creativamente hablando que los actuales son simples enanitos monobytes, necesitaban de mecenas que les apoyaran y componían sin descanso hasta la extenuación y muchos de ellos morían pobres, cuando agotaban sus recursos y ahorros y no tenían ya la inspiración dichosa de antaño. Hoy en día, basta con gritar cuatro ritmos mal entonados para ganar millones de euros. ¿Saben cuánto se va a embolsar Tom Hanks por interpretar al mismo personaje otra vez que en la película “El código da Vinci”? Cincuenta millones de euros. Señores, me niego a pagarles semejantes sueldos a esta gente. Y eso que mi crítica no va por ahí. Pero he querido poner un ejemplo sustancioso para que me entiendan.

¿Y qué hace el PP mientras se abusa de todo esto? NADA. Calla y otorga. Mal ejemplo para la juventud y para los ciudadanos que nos sentimos orgullosos de vivir en una sociedad civilizada, con cada vez menos fronteras y con un acceso a la cultura que ya hubieran querido para sí nuestros padres.

Vergüenza debería dar a más de uno.

lunes, 23 de abril de 2007

La carta a los Reyes Majos

Yo he leído hoy esta noticia y me pregunto cuánto de veracidad hay en ella, porque de haberla, sería para echarse a reir. Risas de impotencia, claro, de ver como semejante elemento gobierna los designios de una Nación, con mayúsculas, como es la Nación Española; o sea, España.

Éste es el enlace:

http://www.elmundo.es/papel/2007/04/10/opinion/2108491.html

Y ésta es la carta en cuestión, que aparece en dicho enlace:

Carta de Zapatero a Fidel Castro

LUIS MARIA ANSON

Organicé la Agencia Efe en La Habana en los 80. De aquella época conservo allí buenos amigos. Uno de ellos me ha filtrado la carta que José Luis Rodríguez Zapatero ha dirigido a Fidel Castro. La reproduzco a continuación sin quitar ni añadir una coma.
«Querido y admirado Presidente, mi Comandante:

El ministro de Asuntos Exteriores de mi Gobierno, Miguel Angel Moratinos, me da cuenta de su viaje oficial a Cuba y me informa de la evolución favorable de la salud de Vuestra Excelencia. No sabe cómo lo celebro porque mi generación se ha educado con la vista puesta en la Cuba comunista y en la figura irrepetible de Fidel Castro, centinela de la libertad, caudillo del Caribe por la gracia del destino histórico y comandantísimo de los ejércitos de Tierra, Mar y Aire de la perla de las Antillas.

Las nuevas generaciones que viven en el hedonismo, no tienen conciencia clara de lo que ha supuesto para el mundo la lucha de Vuestra Excelencia por la libertad, por los Derechos Humanos y por la política social, todo ello frente a la voracidad del Imperio, frente al incalificable bloqueo impuesto por los Estados Unidos. A pesar de esa tropelía histórica, Cuba es hoy, gracias a Vuestra Excelencia, un paraíso de libertad, una nación justa en la que se respetan y acatan las leyes derivadas de la voluntad general libremente expresada, con un pueblo libre y esperanzado que disfruta de un alto nivel de vida, habiéndose sustituido en todas vuestras ciudades el caduco signo de la cruz por el de la hoz y el martillo. El ministro Moratinos se ha quedado en un pasmo ante el progreso y la dicha de la ciudadanía cubana.

Ciertamente la depravación del turista extranjero ha obligado al Gobierno de Vuestra Excelencia a mantener en las calles a las jineteras pero la inmensa mayoría de la nueva generación vive feliz, encuadrada en ese frente de juventudes admirable que es la organización de los pioneros.

Di instrucciones a mi ministro para que no abogara por los llamados «presos políticos», que no son otra cosa que mercenarios al servicio de una potencia extranjera, traidores a la patria o terroristas que pretenden socavar los cimientos de la gloriosa Revolución, el régimen establecido por Vuestra Excelencia, que es ejemplo en todo el mundo de respeto a los derechos humanos y a las libertades. Sólo la falacia del ultraderechista Aznar pudo llevar a la decadente Europa a la posición fascista de tomar medidas contra el régimen de Vuestra Excelencia. Naturalmente yo he decidido restablecer una relación privilegiada con el Gobierno democrático de Vuestra Excelencia. También di instrucciones a mi ministro para que no atendiera a los disidentes, ridículas minorías resentidas, incapaces de comprender la grandeza de la Revolución que Vuestra Excelencia, patria o muerte, ha llevado a cabo.

Dentro de dos años, mi Comandante, se cumplirán los 50 años del acceso a la jefatura del Estado de Vuestra Excelencia. Me propongo acudir a La Habana, en compañía de todo mi Gobierno para rendir a Vuestra Excelencia el homenaje que todos los demócratas del mundo le debemos. Medio siglo, 50 años, ganando una tras otra todas las elecciones ejemplarmente democráticas que se han celebrado en vuestro país, hollado un día por aquella España de infausta memoria, colonialista, católica e inquisitorial, es acontecimiento sin precedentes.

Aprovecho esta carta, mi Comandante, para implorarle que me conceda el alto honor de permitir que España se incorpore al eje Castro-Chávez-Evo, que tiene en permanente tembladera a los Estados Unidos y a su presidente fascista, el malhadado Bush.

En espera de sus gratas noticias, le reitero, mi Comandante, mi deseo y el del pueblo español de su pronto restablecimiento y quedo como siempre a la entera disposición de Vuestra Excelencia con mi renovada admiración y mi deseo permanente de seguir recibiendo vuestras enseñanzas.

José Luis Rodríguez Zapatero.

En Madrid, y en el Palacio de la Moncloa, a 7 de abril del año 2007».

Luis María Anson es miembro de la Real Academia Española.

jueves, 12 de abril de 2007

¡Adiós, policía, adios!


Lo que está ocurriendo con la investigación judicial sobre el 11-M puede no sólo perjudicar al PP sino acabar destruyendo toda la cúpula policial. El Saturno de Moncloa devora a nuestros mejores elementos, con gran satisfacción de los etarras.
El número montado alrededor de la declaración judicial de nuestro eurodiputado, el Sr. Díaz de Mera, (ver aquí), cuya actitud me parece absolutamente respetable, no es bueno para nosotros, nada bueno. Pone en duda nuestra credibilidad. Y ahora, ¿qué hacer? ¿Qué puede hacer Rajoy? Lo malo es que no puede hacer gran cosa. Ni siquiera debiera hacer nada. Cuando estás en las arenas movedizas, la única estrategia posible consiste en no hacer nada, rezar y esperar a que alguien pase y te tire un cable. El peligro de lo que está pasando con la investigación del 11-M es que se adjudiquen al PP actitudes o teorías que nunca han sido de nuestro partido o de su Ejecutiva nacional.
En estos momentos, es el momento de reflexionar con la cabeza fría: ¿dónde están las pruebas de que ETA participara en esa matanza? Ya expusimos en este blog, (aquí), nuestra opinión sobre ese asesinato masivo: una de dos, o fuimos maravillosos luchando contra los etarras, y sin embargo la ETA nos montó el mayor atentado de la historia de Europa, o bien lo de Atocha no fue cosa de la ETA. Son opciones difícilmente compatibles.
Han pasado tres años, y convendría recordar que gobierna el PSOE. Gobernar, para el PSOE, significa que cuando toman una decisión, la llevan a cabo contra viento y marea. Me parece una forma estupenda de gobernar; qué pena que lo que decidan sea lesivo para España, para la Justicia y para la inteligencia. Pero hay que reconocer que son políticos, y en eso mejores que los nuestros: no hay submarinos del PP en la administración del PSOE. En cambio no estoy seguro de que en su día gobernara el PP o por lo menos gobernara Acebes en su ministerio porque si es verdad lo que dicen los conspirativos, en ese ministerio nadie se enteró de nada hasta después de la matanza. Zapa ha decidido desacreditar completamente al Partido Popular imputándole, como durante las tristes jornadas del 11 al 14, actitudes y declaraciones que no son obra de nuestros dirigentes pero que demuestran que somos el Partido de la Mentira. Zapa va a por todas, porque como todos los fanáticos peligrosos, es un tanque lanzado sobre una fábrica de Sevres y Bacarrá.
Cuando los medios y la cosa política se fijan en algo, lo aniquilan, se trate del fútbol o de los osos panda. Son como grandes lupas que a fuerza de concentrar la luz en un punto, lo achicharran. En su día, el escándalo Perote acabó con la carrera de Emilio Alonso Manglano y destruyó lo que quedaba del CSID. Precisamente en el haber de Manglano estaba el único éxito conocido de nuestros servicios de información: desmontar el 27-O. El Centro Nacional de Ininteligencia (CNI, ex-CSID) es hoy por hoy un cadáver compuesto por típicos funcionarios que practican el escaqueo como una de las bellas artes y su incapacidad ha quedado acreditada a lo largo de una larga historia de desastres que empezaron en el franquismo, cuando ETA asesinó a Carrero Blanco; por aquel entonces los servicios de información se llamaban SECED, los acababa de crear el propio Carrero. Ya en el periodo democrático, el CSID no avisó del 23-F -¿lo organizaron ellos?-, no avisó de Perejil, no avisó de Atocha, no avisó de Barajas. La cara de imbécil que se le quedó a Zapa cuando tras anunciar como Papá Noel que la paz era inminente y los etarras volaran la T-4, no era en realidad la cara de imbécil de Zapa, sino la cara de todos los imbéciles que se supone que tenían que informarle. Porque Zapa, de imbécil, nada.
Los espías españoles están desmoralizados porque ya no saben para qué o para quién trabajan. ni si cuando trabajan acabarán en la cárcel. Cuando llueven expedientes, abogados y citaciones judiciales lo importante es buscarse algún despacho y adoptar un tono gris intenso, yo no sé nada, yo no hago nada, yo pasaba por aquí, tralalí, yo pasaba por acá, tralalá.
En las estructuras jerarquizadas y piramidales, no hay nada peor que una investigación porque entonces se presiona a Fulano para que delate a Mengano creyendo que Perengano va a chantajear a Zutano. Al final del proceso, del pifostio y del pandemonio, COPE ha ganado más audiencia, Polanco ha vendido más periódicos, El Mundo recibe otro premio, y los Bergareche se compran un nuevo Jaguar; sí, pero luego queda en una acera el cadáver físico o metafísco de una institución, de sus componentes, humillados, jodidos y mal jodidos, de por vida.
Zapa, no me cansaré de repetirlo, no es ningún tonto. Es un demente. Y como demente que es, no le importará sacrificar toda la cúpula policial antiterrorista en el altar del PSOE. Arañará tres votos más, conseguirá apaciguar los verdaderos escándalos, y mientras tanto, Otegui echará un par de palos con su novia, para celebrarlo; se reirá, como se ríe siempre. Lo malo de las victorias de Zapa, es que quien las celebra al final siempre es Otegui... ¡Champán, más champán! Cuando los buenos se suicidan, los malos se van de boda.

miércoles, 4 de abril de 2007

Parecidos irracionales

La demagogia es un arte muy antiguo. Consiste, básicamente, en hacer escuchar al pueblo aquello que precisamente le agrada oír, con el único objetivo de permanecer en el poder. Es, por tanto, un intento de perpetuarse que lleva consigo -el propio diccionario de la RAE así lo contempla- una implícita degeneración de la democracia.
Estos guiños al electorado se intensifican cuando el gobierno de turno carece de otros argumentos y recurre sistemáticamente al ataque frontal a sus adversarios y a la utilización de obsoletos argumentos que en otro tiempo les pudieron ayudar a cosechar buenos resultados.
Acabo de leer el último apunte en el cuaderno de pepe blanco (él mismo lo escribe así, es más "pogre" con minúsculas) y he recibido una sobredosis, espero que no letal, de esta mencionada demagogia. En el comentario, el insigne socialista se pregunta ¿Adónde va Rajoy? y su interrogante le sirve de pretexto para articular un discurso en el que enarbola los consabidos argumentos en contra del PP y sus dirigentes. Y, como siempre, acusando a la oposición de lo que él mismo ejemplifica: no tener argumentos políticos. De vez en cuando me doy una vuelta por allí, es sana curiosidad, y siempre he comprobado la obsesión de este señor: el ataque sistemático a Rajoy, Acebes, Zaplana... y a todo el PP. No se ha olvidado de Aznar, por supuesto, al que brinda su envenenado recuerdo ya desde su autógrafo perfil -incluso alguno de sus fieles lectores y aduladores se permite aconsejarle que abandone esas obsesiones y que escriba de política, lamentable-. Eso sí, siempre autoenvuelto de púrpura y seda, ofreciéndose al respetable pero no permitiendo comentarios anónimos a sus posts y teniendo habilitada la moderación de los mismos, es decir, toda aportación es previamente bendecida por su santidad. Debo suponer que esa criba tiene la intención de ofrecer a sus lectores sólo aquello que le interesa. ¿No sería más honesto salir al ruedo a pecho descubierto?
Pero este abuso de la más pura demagogia, por mucho que lo diga el diccionario de la RAE, no es preceptivo únicamente de los estados democráticos. El populismo que invade hispanoamérica nos aporta innumerables ejemplos. Ejemplos que, bajo el paraguas de una revolución bolivariana, socialista o popular, esconden regímenes cuasi totalitarios o muy próximos a dictaduras, eso sí, disfrazadas de izquierdismo. Incluso el temible e incendiario presidente iraní, Mahmud Ahmadineyad, es un experto usuario de esta demagogia desde su atril, realmente lejano a un régimen democrático.
El caso de Irán es realmente sorprendente. La utilización de explosivos discursos presidenciales mantiene al pueblo en un estado de constante efervescencia próximo a la irracionalidad. Se ha lanzado el mensaje de que "Occidente es el enemigo" y se alienta a las masas a que afilen las uñas de sus zarpas en previsión de uso. Este tórrido mensaje al pueblo se complementa con la constante provocación internacional en una intención que se me escapa. Si lo que se busca es la reacción, entiendo que es una insensatez. Si es una demostración de fuerza, desde occidente no se entiende más que como una amenaza de descerebrados islamistas radicales. Me preocupa.
¿O no es de preocupar el discurso del presidente de toda una nación que anima a eliminar del mapa al estado de Israel, que niega el holocausto judío, que tensa la cuerda de las relaciones internacionales con la carrera nuclear, que se jacta de la fuerza de los suicidas como "recurso", que mantiene secuestrados como rehenes a quince soldados británicos...? Y todo ello envuelto en demagogos discursos en los que se atreve, por ejemplo, a pedir a Gran Bretaña que, ante la próxima liberación de los soldados, no los "castigue por haber dicho la verdad". Sublime.
Y, por último, ruego públicamente a Miss Peras que me disculpe por haber utilizado gran parte de los argumentos con los que ella se me adelantó anteayer, un par de entradas más abajo, como siempre con mejor pluma que la mía.
Hoy, miércoles santo, como miles de cofrades de toda España, miro al cielo implorando que cese la lluvia. La que moja y la que escuece.
Feliz Semana Santa.

martes, 3 de abril de 2007

LA ABEJITA RUMASA Y EL ABEJORRO ENDESA.

Escalofriante, cuanto menos, el culebrón Endesa. Ya parece que se ve la luz al final del camino y las noticias que me llegan es que se ha descuartizado a una empresa española, económicamente saneada, para ofrecérsela a pedazos al Gobierno de Italia, en primera mano, a una empresa española dedicada a la construcción, cuyos fines en todo esto desconozco y a una empresa que presumo seria, de nacionalidad alemana. Soy completamente ignorante en materia económica y en breve voy a iniciar un camino por el mundillo de los fondos de inversión, asistido por el banco donde deposite el dinero, y es hasta ahí donde llegan mis conocimientos en la materia. Pero hago caso de las noticias que leo en diversos medios de comunicación y ayer, comiendo, me vino a la memoria un caso similar anterior. Hablo del caso Rumasa. El conocido mangoneo que hizo el gobierno del PSOE, entonces en manos de Felipe González, sobre el holding empresarial de Ruiz Mateos, a propósito de ciertas irregularidades contables o fiscales fue algo que guardé en mi memoria, por lo sonado que resultó el asunto, y ahora no he podido evitar volver a recordarlo.

¿Qué fiabilidad tendrán ahora los mecanismos de nuestra economía nacional, ya no solamente de cara al pequeño inversor (como yo lo espero ser), sino de cara al inversor extranjero? Yo creo que poca o casi ninguna. Y eso es terrible para la prosperidad del país. Mal asunto.

Si ya tenía fama de intervensionista este gobierno español actual, con Endesa se han cubierto de gloria y fama. Trabajo tendrá quien le releve en el puesto a Zapatero para devolver la dignidad y seguridad en el sistema económico español, que necesitamos si deseamos generar riqueza, empleo y confort a los españoles (y a los que confíen en nuestra economía y se atrevan a invertir en nuestro país).

No estaría de más que el PP hiciera ver al mundo empresarial español e internacional que sus intenciones no van por ese camino y quizá, contando con ese apoyo empresarial, se haya ganado una buena baza electoral de cara a las próximas legislativas.

Porque no nos engañemos. Aunque Zapatero haya metido el pie en otro charco de barro, eso no significa que no sepa levantar la cabeza y sonreír como si nada hubiera pasado. Y a veces eso basta para convencer a la gente.