lunes, 15 de septiembre de 2008

EL TAXISTA (SEGUNDA PARTE)


Quiso el azar que, el jueves, teniendo que utilizar los servicios de un taxi para desplazarme a la capital de la provincia, coincidiera con el mismo taxista que, meses atrás y previo a las elecciones generales, conversara de política y de Zapatero en particular.

No sé si él me reconoció a mí, pero yo sí a él. Sin embargo, tengo la sensación de que me tuvo que recordar, porque se arrancó por bulerías y debates políticos al minuto de emprender la marcha.

Me dijo, muy convencido, que Zapatero no parecía que fuera a arreglar el problema de la economía. Que no le creía capacitado. Le respondí que Zapatero no estaba capacitado para gobernar, que tuvo un buen golpe de suerte cuando ganó por primera vez las elecciones y le conté mi punto de vista de por qué, con las arengas de Maragall y el agua del Ebro. Su respuesta fue directa al blanco: pues tampoco sé cómo ha ganado el PP en este pueblo –refiriéndose a nuestro lugar de origen-. –Razón tienes-, le contesté, -quizá porque los españoles votamos un poco por inercia, aunque después de depositar el voto, nos arrepintamos de lo hecho-. Ciertamente el PP en esta legislatura municipal y en el pueblo donde vivo lo está haciendo fatal, tirando a peor, que ya es decir, así que razón no le faltaba.

Siguió hablando el taxista y comentó que, en su opinión, Zapatero había hecho algunas cosas buenas.

–Alguna habrá hecho que la mayoría pueda aprobar-, dije yo, -aunque no sé cual, a mi juicio-.

-Sin embargo, no hay opción, no hay alternativa-, siguió diciendo el taxista, en referencia clara al PP.

-Tienes toda la razón del mundo. Hoy en día no existe una opción clara-, le contesté.

Y así lo veo. Puede que, pese a todo ello, yo tenga una opción de voto, que se llama PP, pero también digo que no es la opción clara que fue en la anterior legislatura.

Esos guiños a los nacionalismos que antes eran tan malos y perjudiciales para España, y ahora son amigos, ¿para qué?. Si al PP le van a crucificar siempre en esas regiones, haga lo que haga. ¿A qué viene ese sometimiento?

Esas actitudes que le llevan a pedir perdón por existir le hacen menospreciar a sus electores. Que haya un cambio de rumbo, de ideas, o de acciones, me parece lógico y normal. Lo que no me parece normal es que lo que antes era malo, ahora sea bueno sin un razonamiento lógico que lo justifique.

Que conste que ciertas acciones del PP nacional me han parecido acertadas, como la de aceptar el guante de Zapatero y discutir medidas contra la crisis económica, que el irresponsable de nuestro presidente del gobierno pretende ignorar. Pero ya ven de qué les vale, pues los esbirros de Zapatero –Pajín, Blanco-, tardan poco en echarlas por tierra, sin siquiera justificación alguna. No les hace falta. La estupidez del electorado español hace innecesario cualquier argumento.

Absurdo es, hasta la coronilla, que el Gobierno de la Nación pretenda que sea la oposición quien gobierne y justifique medidas contra el desaguisado de nuestra economía y, por tanto, nuestro bienestar y futuro. Pero lo hacen y la gente traga, o pica, o cuela. Como se quiera decir. Y algo tan absurdamente fácil de menospreciar, se ignora y se deja pasar, con lo que, por silencio, se da la razón a quien acusa.

Con lo fácil que sería decirle a la ¿señorita? Pajín: Oiga, si quiere saber cómo podemos solucionar los problemas de España, dígale a su jefe, Zapatero, que dimita y convoque elecciones, que si salimos elegidos con mayoría suficiente, gobernaremos y entonces ustedes nos critican y exigen soluciones, con todo el derecho del mundo. Mientras, cállese, y haga algo de provecho para la sociedad, so inútil.

Y así vamos, de camino hacia la tercera legislatura de Zapatero I, Presidente de España, mientras siga llamándose así.


Aburrido me tienen.

1 comentario:

Tío Pop dijo...

Tu amigo taxista y tú vais a resultar más entretenidos que las tertulias de la SER, que ya es decir...

Tienes razón en lo que dices: ZP es lo que es pero no tiene alternativa. El Congreso de Valencia se cerró en falso aclamando a Rajoy, un lider con pies de barro que alguno está esperando a ver cómo sortea las elecciones gallegas, vascas y europeas para pedir su cabeza.

En mi opinión, la "nueva era" del equipo de Rajoy, lleno de caritas amables y cuasi virginales, es el fiel reflejo de su aparente reflexión personal: "Si siendo algo duro no he sido capaz de llegar a Presidente de Gobierno, si doy una imagen más amable y amistosa, menos peleona, ganaré los votos que me hace falta sumar para llegar a La Moncloa". Una reflexión discutible porque puede que gane votos, sí, pero ¿y los que puede perder? Este tipo de actitud puede engordar a UPD más de lo que nos podemos imaginar.

Nuestro electorado quiere una imagen clara y concisa y no ambigüedades melífluas y contemplaciones con separatistas. Rosa Díez está sola, no tiene equipo en el que apoyarse, pero gran parte de su éxito -y seguirá aumentando en número de votos- está en la claridad y concisión de su mensaje.

Mientras nosotros sigamos en este impás blandengue y con estúpidas guindas como la de los "inmigrantes cobrando el paro y los españoles de vendimia en Francia", lo llevamos clarinete. Rajoy no es un buen candidato para el 2012, dudo que pueda ganar esas elecciones.