jueves, 25 de septiembre de 2008

El ascenso de Rosa Díez

Xixarro nos advertía el lunes de la publicación de una noticia referente al ascenso de UPD, el Partido de Rosa Díez, y las previsibles consecuencias que esto acarreará a PP y PSOE. Empecé a comentar su entrada pero se me fue de las manos. Lo que iba a ser una contestación fue tomando demasiada entidad, iba alargándose en exceso… y decidí reorientarlo y convertirlo, a modo de reflexión, en esta nueva entrada del blog.

Es evidente que UPD está ocupando un espacio político muy concreto. El bipartidismo no satisface a todo el mundo y hay votantes que prefieren una tercera vía que mantenga una cierta equidistancia entre las otras dos opciones. En su última entrevista en Telecinco Rosa Díez afirmaba que “el centro es la nada” pero, pese a ello, es también cierto que su formación se sitúa más cerca de ese “inexistente” centro que el PSOE del que se desgajó y, por tanto, del Partido Popular, del que está mucho más cerca de lo que parece.

En el artículo que comentamos se afirma que, de celebrarse ahora las elecciones generales, el PSOE perdería unos 10 escaños, el PP subiría 5 y UPD otros 5. Algo lógico, en mi opinión. La situación económica y la falta de reacción del Gobierno, unidas a una imagen de un ejecutivo cada vez más débil, facilitan el desencanto entre los votantes del PSOE. Y la reacción de estos desencantados es diferente según sus más íntimas convicciones. Los hay que nunca podrán votar a "la derecha", antes se les caerían las manos, y elegirían la opción de UPD que no deja de ser socialista. Otros, los menos "ideologizados" optarían por entregar su voto al PP "a ver si estos enderezan algo". Me llama poderosamente la atención en el artículo, que se basa en una encuesta científica del Instituto Noxa para La Vanguardia, la afirmación de que el trasvase de votos desde el PP a UPD es aún superior porcentualmente (5%) a los procedentes de votantes del PSOE (3%). De ser esto cierto resulta un dato verdaderamente relevante: el descontento de los votantes con “sus” líderes es aún mayor en el PP que en el PSOE al que la crisis económica actual desgasta menos de lo que parece.

Pero analizando el tema un poco más a fondo puede resultar que, lo que en principio parece chocante, no sea tan descabellado. Si uno piensa que UPD es una facción descontenta del PSOE, la lógica inicial nos empuja a pensar que deberá nutrirse de esos votantes socialistas descontentos. Sin embargo, si repasamos el discurso de UPD observamos que se basa en tres pilares fundamentales: proclama la igualdad de todos los españoles, defiende la lengua común y critica los excesos del régimen de las Autonomías. ¿No estamos hartos de escuchar esto mismo a nuestros "líderes" populares? Resulta, por tanto, que el discurso de Rosa Díez si no es calcado es muy cercano al del PP y, lógicamente, es sencillo imaginar que el caladero de hipotéticos votantes populares no sienta rechazo ante el emergente UPD y su discurso con el que, incluso, se identifica sin problemas. De ahí al trasvase de votos hay una distancia muy corta.

Pero si los discursos de UPD y PP son similares, existe una gran diferencia entre ambas formaciones: la imagen. El PP sigue inmerso en la corbata, en el rancio derechismo y la distancia al ciudadano (mucho de ello culpa nuestra y otra parte también muy importante alimentada con efectividad por los medios de la izquierda). Sin embargo Rosa Díez aporta una imagen fresca, de inconformismo y cercanía. Se ha revelado contra su partido y cree en una España mejor. Su imagen personal de defensora de las libertades del pueblo vasco y su lucha contra el terrorismo le han granjeado la simpatía de toda la España de bien. El mastodonte popular frente a la gacela Díez, el poderoso frente a un simpático modesto. Es muy humana la involuntaria identificación con el débil y esto es algo que, sin duda, beneficiará electoralmente a UPD en próximas elecciones.

Así las cosas, cabe pedir alguna reacción a las cabezas pensantes de nuestro partido. Prometí escribir –y no lo hice– sobre mi experiencia en el Congreso Nacional de junio en Valencia. Valga, a modo de resumen, que encontré un congreso a la búlgara con todo “atado y bien atado” y una enemistad absoluta hacia Esperanza Aguirre y todos los compromisarios madrileños. Me resultó una sorpresa e indica que Madrid, en el PP, no es el centro de España sino una isla. De aquél Congreso salió un Mariano Rajoy líder del Partido pero, en mi opinión, en absoluto fuerte. Nuestro número uno sigue cuestionado pese a la aparente calma y cierre de filas en su entorno. Apuesto a que los tiburones esperan a ver cómo se desenvuelve este nuevo PP de Sorayas y Marilolis en las próximas Europeas, Gallegas y Vascas. Lo que ocurra después es aún una incógnita.

Pese a que Rosa Díez avanza con fuerza, hoy por hoy UPD es un partido personalista basado única y exclusivamente en el tirón de su líder. Pero es cuestión de tiempo. En breve empezará a formar equipos y surgirán en sus filas otras figuras que irán compactando y dando cuerpo a la nueva formación política. Mientras tanto, en Génova deben estar pendientes de otros asuntos y, como siempre, es probable que tengamos que lamentarnos a toro pasado.

5 comentarios:

Xixarro dijo...

Y, desde luego, hay que considerar que el tirón personal es tanto o más importante que el equipo, según el panorama actual. Ahí tienes a Zapatero, como mejor muestra. El votante, al menos el español, actúa por simpatías en el último momento, razón por la cual el PP perdió las elecciones generales en 2004 (quizá entre otras cosas, pero no viene al caso ahora discutirlas).

Por ello insisto: tomen nota los afectados por la noticia anunciada.

Y añado, en consecuencia lógica con lo expuesto por Tío Pop: cuiden la imagen también. Que no parezcan pimpollos hijos de papá, ni encorsetados encorbatados, pese a que cada momento y lugar tiene su vestuario y su lenguaje (como las chaquetas de pana de Felipe González). Téngase en cuenta que aún existe con la suficiente fuerza el mito de que en el PP son todos ricos (mirando a mi alrededor me pregunto de dónde demonios sacarán esas cosas los que aún creen que el PP es un partido de ricos).

Alberto Esteban dijo...

Muy interesante el artículo. Yo quería comentar varias cosas.

En primer lugar nadie puede negar que en el PP están las mejores cabezas de la intelectualidad política. Es evidente que el PP es incapaz de vender su mensaje y ser lo suficientemente cercano a los ciudadanos. Falla la imagen y el método.

Lo del centro es un debate a ningún lado. Sin embargo has dado en la clave del éxito de Rosa Díez. Si el PP quería renovarse y dar esa frescura, no se entiende que sigan Rajoy y otros como, por ejemplo, Trillo. El discurso importa, pero también la ropa que se lleva, la forma de expresarse... y sin olvidarnos de que el votante de la derecha es mucho más inconformista que el de la izquierda.

Saludos

Tío Pop dijo...

Xixarro: ¿estás seguro que el PP no es un partido de ricos? Si a mí no se me acaba la pasta ni tirándola... :D

Bienvenido Alberto y gracias por tus comentarios. Estoy de acuerdo contigo en la necesidad de renovación de nuestro partido. Rajoy también lo está, por eso nos ha colocado a Soraya y Cospedal en los puestos más "vistosos" del partido. Pero se olvida de que eso no basta y que él sigue siendo la cabeza, algo a lo que no quiere renunciar y que, o cambian mucho las cosas y los próximos resultados (Europeas, Gallegas y Vascas) son positivos o caminamos irremisiblemente hacia otra derrota en las Generales del 2012. Y Rosa Díez, quién lo iba a decir, adueñándose de nuestros desencantados...

Un abrazo.

Miss Peras dijo...

Si Rosa Díez fuera lista en lugar de ofrecer una imagen socialista invitaría a María San Gil a unirse a ella; así el partido de Rosa ofrecería un perfil de personas y no de siglas absurdas que no significan nada.

Juntas, las valientes, por España, por las víctimas, por todos los que no tienen ya voz para gritar porque les han pegado un tiro. ¡Viva España!

Tío Pop dijo...

Afortunadamente María San Gil sólo ha abandonado la política de primera fila pero, hoy por hoy, no reniega de su afiliación al Partido Popular. Al menos así lo ha declarado ella misma. En mi opinión está dando un ejemplo de lealtad a las siglas y de discreción renunciando a su escaño y marchándose sin hacer ningún ruido.

Si esa hipotética unión de ambas, Díez y San Gil, se produjese, arrastrarían muchos votos pues encarnarían como nadie la fidelidad a unos principios y la idea de España que ambas defienden. Una unión muy fuerte, sin duda.

Me alegro de volver a leerte, querida Miss. Escríbenos algo que nos deleite, como siempre...

Un besazo.