sábado, 8 de marzo de 2008

Y ahora... ¿qué?

No es fácil ponerse a escribir algo hoy. Una vez más la muerte entra en escena. Una vez más se ha influido en la campaña electoral. Una vez más los votantes acudirán a los colegios electorales con algo más en la cabeza -y el corazón- que claves políticas. Una vez más se ha querido mediatizar al pueblo español.

Lo triste es, sin duda, la muerte de un inocente. ETA sigue en sus trece y sigue matando, que es lo fácil. De nada sirve tener a todo el estado, a todas las fuerzas de seguridad e incluso al ejército en estado de alerta si existe un canalla dispuesto a tirotear a un hombre a la puerta de su casa. Todos somos objetivos de la banda terrorista y no se nos puede proteger a todos.

Desde que conocí ayer la noticia del asesinato de Isaías Carrasco estoy consternado: un humilde trabajador como cualquiera de nosotros, con tres hijos como cualquiera de nosotros y, simplemente, demócrata como cualquiera de nosotros. No lo sé explicar, no sé plasmar en un texto lo que siento. Me invade la profunda tristeza, la sensación de derrota ante la sinrazón, un sentimiento de impotencia, de rabia contenida...

Y cuánto cinismo, cuánta utilización de la sangre derramada. Si es muy difícil tener que tragar a la fuerza un asesinato como colofón de la campaña, es muy indigesto todo lo que lo acompaña. La cadena SER se ha lanzado a su singular interpretación y está cargando las tintas en declaraciones de Aguirre, Gallardón y Martínez Pujalte creando un manipulado clima de confusión y enfrentamiento, por supuesto denostando al PP. El diario El País magnifica que aunque todos los partidos políticos han firmado la declaración conjunta condenando el atentado, el PP tardó minuto y medio en arremeter contra la política antiterrorista del Gobierno. ¿Saben ustedes cuál fue este ataque? Simplemente comentar a la prensa que no se consiguió de ninguno de los partidos presentes la aceptación de las dos condiciones que quería hacer valer el PP: la declaración de que nunca más se iba a negociar en clave política con los terroristas y que, tras las elecciones, se retiraría la resolución del Congreso que autoriza la negociación con ellos. Más claro: después de los asesinatos -éste es el sexto de la presente legislatura y todos ellos tras la autorización parlamentaria a la negociación- los representantes políticos de más de media España siguen creyendo que la política antiterrorista desarrollada es la correcta y no están dispuestos a cambiarla. Evidentemente, si los resultados de mañana no conllevan un cambio de Gobierno seguiremos contemplando estos guiños al terrorismo que seguirá "negociando" con muertos intermitentes cuando crea que le resultan convenientes para sus desquiciadas pretensiones. Basta comentar que, según todos los indicios, la orden de asesinar a Isaías Carrasco ha partido del etarra "Thierry", uno de los que "negoció" con el Gobierno.

Y mientras, tenemos que escuchar de la cínica boca de nuestro presidente que la Domocracia ha vencido al terrorismo. ¿De verdad hay alguien que no se estremezca al escucharle? Tenemos que soportar que un inmundo Patxi López utilice la capilla ardiente para enfrentarse a Rajoy y que le impida dar el pésame a la familia del asesinado. Siempre he dudado de la moralidad del grueso del socialismo español y no puedo por menos que ahondar en mi duda a la vista de su comportamiento ante el asesinato de su compañero.

Descanse en paz Isaías Carrasco. Que a su madre, su viuda y sus hijos les llegue el consuelo que hoy no tienen. Que este humilde demócrata sea la última víctima de la sinrazón. Que nuestros hijos disfruten de una España en paz.

Tengo la esperanza de que mañana amanezca un día claro y despejado...

(Fotografía: EFE)

2 comentarios:

Miss Peras dijo...

No hay nada que hacer con el PZOE. Son carroñeros. Patxi López se ha retratado y ha demostrado lo que es el PZE de Zapatero. No se detienen ante los muertos, ni ante el sufrimiento. Hacen campaña. Siguen haciendo campaña.
Lo que me extraña es que Gabilondo no dijera que el asesino era de Al-Quaeda y que llevaba chapapote en las manos... Son unos hijos de puta, con perdón por las putas.

Xixarro dijo...

Confiemos en la voluntad de los españoles de mañana...