Conforme avanza la legislatura actual, Zapatero no deja de sorprendernos un día sí y otro también. Es curioso como una persona así, que hemos aguantado de Presidente del Gobierno Español cuatro años, sigue asombrando a la ciudadanía y con golpes certeros. Más o menos bien dados, pero certeros.
Por certero aludo a la capacidad mediática que éstos tienen, y no a su efectividad, que aunque no se puede juzgar todavía, sí se puede poner en duda. Ahora tenemos un gobierno “pedagógico”, según palabras de propio Presidente. Poco importa si es eficaz o no. Eso tendremos que verlo y ojalá sea un buen gobierno, pues el bien del país y la prosperidad y bienestar de sus habitantes están por encima de cuestiones ideológicas.
Seis ministras, una de ellas sin currículo para ello –con lo que pueden ustedes entender mi estado de ánimo- y una ministra en Defensa, la cual por ideología huye y aborrece el concepto de España como nación y, por otra parte, dudo que tenga las miras y la capacidad suficiente para ejercer el cargo que ahora ocupa. Recuerdo que siendo Ministra de la Vivienda, sus soluciones pasaban por frases más o menos hechas y de profundo calado en la sociedad.
Porque es de esto de lo que vive Zapatero: del eslogan, de la pancarta, de la imagen, más que de la productividad. Y nosotros, españolitos de a pie, picamos como incautos (yo me excluyo, porque yo no le voté). Pues bien, ahí lo tenemos, para bien o para mal –ojalá que para bien- durante cuatro años. Al que le votó, todo suyo, pero al que no lo hizo le pido paciencia y tesón por defender sus ideas. Ideas que serán cubiertas de mierda, literalmente, lanzada desde el frente socialista, con frases populistas y más eslóganes.
Mientras, desde el PP se escucha el afilar de espadas, el golpeteo del martillo del herrero dando forma a yelmos y escudos y el herrar de caballos de batalla. En junio se presenta una “batalla crucial” para el futuro del partido. Yo sigo confiando en Rajoy, aunque el nombramiento de Sáez de Santamaría como portavoz me plantee ciertas desconfianzas –no tantas como Chacón, aclaro-. Y lo que más espero, por encima de todo y como pilar central de una buena oposición, es que miembros del partido como Aguirre y Gallardón y sus comparsas callen para siempre en esta legislatura. Callen en el sentido de dejar de buscar protagonismos y puestos de poder. Que no callen nunca para debatir ideas, pero sí para dejar de arrancar el mejor y más grande trozo del partido para su uso exclusivo particular.
Ahora, desde una colina imaginaria, mirando al horizonte, que pinta muy negro, con nubarrones oscuros, truenos en la lejanía y un viento helado que no augura nada bueno secándome el rostro, me siento solo en esta circunstancia personal y no veo quién me acompañe a presentar “batalla ideológica” al PSOE, a quien, por cierto, se la trae al pairo lo que yo piense, porque gobierna y lo hace a través de Zapatero, al que una vez llamaron “Bambi”, por su presunta bisoñez en asuntos de política, pero que ha demostrado ser un “señor oscuro” de gran poder y mucho efecto, y que no duda en devorar a quien sea de su propio partido, o de humillarlo, con tal de seguir al frente otros cuatro años más.
Por certero aludo a la capacidad mediática que éstos tienen, y no a su efectividad, que aunque no se puede juzgar todavía, sí se puede poner en duda. Ahora tenemos un gobierno “pedagógico”, según palabras de propio Presidente. Poco importa si es eficaz o no. Eso tendremos que verlo y ojalá sea un buen gobierno, pues el bien del país y la prosperidad y bienestar de sus habitantes están por encima de cuestiones ideológicas.
Seis ministras, una de ellas sin currículo para ello –con lo que pueden ustedes entender mi estado de ánimo- y una ministra en Defensa, la cual por ideología huye y aborrece el concepto de España como nación y, por otra parte, dudo que tenga las miras y la capacidad suficiente para ejercer el cargo que ahora ocupa. Recuerdo que siendo Ministra de la Vivienda, sus soluciones pasaban por frases más o menos hechas y de profundo calado en la sociedad.
Porque es de esto de lo que vive Zapatero: del eslogan, de la pancarta, de la imagen, más que de la productividad. Y nosotros, españolitos de a pie, picamos como incautos (yo me excluyo, porque yo no le voté). Pues bien, ahí lo tenemos, para bien o para mal –ojalá que para bien- durante cuatro años. Al que le votó, todo suyo, pero al que no lo hizo le pido paciencia y tesón por defender sus ideas. Ideas que serán cubiertas de mierda, literalmente, lanzada desde el frente socialista, con frases populistas y más eslóganes.
Mientras, desde el PP se escucha el afilar de espadas, el golpeteo del martillo del herrero dando forma a yelmos y escudos y el herrar de caballos de batalla. En junio se presenta una “batalla crucial” para el futuro del partido. Yo sigo confiando en Rajoy, aunque el nombramiento de Sáez de Santamaría como portavoz me plantee ciertas desconfianzas –no tantas como Chacón, aclaro-. Y lo que más espero, por encima de todo y como pilar central de una buena oposición, es que miembros del partido como Aguirre y Gallardón y sus comparsas callen para siempre en esta legislatura. Callen en el sentido de dejar de buscar protagonismos y puestos de poder. Que no callen nunca para debatir ideas, pero sí para dejar de arrancar el mejor y más grande trozo del partido para su uso exclusivo particular.
Ahora, desde una colina imaginaria, mirando al horizonte, que pinta muy negro, con nubarrones oscuros, truenos en la lejanía y un viento helado que no augura nada bueno secándome el rostro, me siento solo en esta circunstancia personal y no veo quién me acompañe a presentar “batalla ideológica” al PSOE, a quien, por cierto, se la trae al pairo lo que yo piense, porque gobierna y lo hace a través de Zapatero, al que una vez llamaron “Bambi”, por su presunta bisoñez en asuntos de política, pero que ha demostrado ser un “señor oscuro” de gran poder y mucho efecto, y que no duda en devorar a quien sea de su propio partido, o de humillarlo, con tal de seguir al frente otros cuatro años más.
6 comentarios:
Muchos temas tocas en el post, Xixarro. Por un lado parece que el nombramiento de este gabinete tiene mucho más de soberbia que de pedagogía. El otrora Bambi está crecido y, esta vez sí, respaldado por las urnas sin matices se atreve a desafiar a media España. Ya se le ha olvidado eso del talante y el consenso aunque sigue repitiéndolo pero cada vez con peor gesto de sus cejas. Sus pocas decisiones desde la investidura son también provocativas. Se ha cargado varios ministerios, uno tan "progresista" como el de Medio Ambiente pero, claro, que había sido creado por el Partido Popular. Pero lo más criticable es el nombramiento de ministras púberes o inapropiadas.
Y en esto último me refiero sobre todo a Defensa. No me parece mal que se nombre a una mujer ministra de Defensa, en absoluto, ni siquiera que esté embarazada -como muchos critican-, vaya a ser madre soltera -es una opción personal absolutamente respetable- y que en breve tenga que dejar su cargo -es la ley de la Naturaleza-. No me preocupa nada de lo anterior pero sí su trayectoria personal. Me parece una tremenda provocación colocar de ministra de Defensa a una persona que se ha declarado "pacifista", que no siente ninguna simpatía por el ejército y que, como bien tú apuntas, su concepto de España es muy discutible. En el ejército hay algunas cosas intocables y una es el concepto de España, mal empezamos.
Afortunadamente, la disciplina y el temple de nuestros militares está muy por encima de estas circunstancias pero te aseguro -y sabes que con cierto conocimiento de causa- que el malestar es generalizado.
No me gusta cómo está empezando esta legislatura. Creo que el hedor de Pepiño está extendiéndose demasiado y, como siempre en la sombra, está tomando demasiado protagonismo. El arrinconamiento de Rubalcaba, gran animal político, se está notando también y están perdiendo las pocas trazas de sensatez que aún les quedaban.
A mí me gustaría saber, por qué en el acto de inicio de la IX legislatura, en el acto de recepción de la familia real a todos los diputados y senadores, por qué Nacho Uriarte, el presidente de NNGG de España no le ha dado la mano a la Infanta Cristina.
Señores y ñoras, Xixarro y Pop tenéis mucha razón en preocuparos. Dado los niveles de memez de los popes del PP, Zapa va a gobernar no 4 sino 12 años más. En Valencia nos ofrecerán la posibilidad de elegir entre la señora condesa, que no puede ganar ni de coña unas generales, por más que a mi guste mucho, y el Sr. Rajoy, que ya con dos generales perdidas debiera tomar nota y marcharse. Lo que todavía no han entendido muchos es que se trata de elegir a un candidato que gane unas generales, no a quien nos caiga más o menos simpático. El PP necesita un candidato nuevo y no lo van a encontrar mirándose a las caras los que llevan veinte años metidos en la ejecutiva. Están todos muy amortizados. Esperanza y Mariano no pueden estar más juntos, si hasta salvaron el pellejo juntos con lo del helicóptero... Por más que los quieran enfrentar, están unidos. Pero el helicóptero se ha caído y hay que buscar un nuevo piloto.
Es la memez que les ha caracterizado, como cuando el PSOE estuvo 14 años, así son las cosas. Pásate por el mío
Un saludo
Estoy escuchando ahora mismo a Doña Esperanza Aguirre en Onda Cero y debo decir que, diferencias aparte, el PP tiene suficientes y sobradas cabezas pensantes -lástima de esas diferencias-, como para gobernar España con orgullo, eficacia y dignidad.
Con esta señora me he reído -con ella, no de ella-, he sonreído y me he ilusionado con un futuro mejor. También me pasa con Rajoy, quiero dejar claro. Pero por las miras, las alturas o la valía de un partido como el PP.
Cuatro años para remontar.... ahora mismo me parece un largo camino, pero bueno.
Se puede ganar unas generales con Rajoy, por supuesto, y oon la Espe también pero es cierto que podría haber infinidad de excelentes candidatos.
El congreso de junio va a ser una buena prueba para el partido. Lo que los militantes están reclamando -y a gritos- son cambios. Desde mi punto de vista estos cambios no pasan por una candidatura alternativa porque no se está dejando espacio para ella. El congreso se ha estructurado de forma "plebiscitaria" y cualquier candidato alternativo debería contar con un aval mínimo de 600 compromisarios. Teniendo en cuenta que Madrid tiene un total de 200 compromisarios nos salen muy pronto las cuentas: ni siquiera Aguirre tiene los apoyos necesarios para presentar su candidatura por lo que dudo mucho que veamos caras distintas a la de Rajoy en el congreso.
Los cambios que los afiliados pedimos, ya que no van a ser en la cabeza de la estructura, deberán orientarse a la organización misma. La ponencia de "Estatutos" va a ser crucial y estoy seguro que muchas enmiendas irán por la vía de la apertura, de una progresiva permeabilidad hacia las listas abiertas y la verdadera democracia interna.
Otros cambios que esperamos ver son los de las personas. Alabo el gesto de Zaplana y su renuncia personal. Acebes debería haber hecho lo mismo pero no ha abierto la boca. ¿Está esperando a ver si tiene hueco en la nueva ejecutiva de Rajoy? Sería deprimente. Hace mucho que afirmé que el papel que en la pasada legislatura han desempeñado Zaplana y Acebes ha sido fundamental. Han aguantado los embites del Gobierno y sus aliados uno tras otro. Pero eso les ha amortizado. El partido nunca les agradecerá suficientemente este sacrificio pero ellos se han quemado. Zaplana lo ha comprendido pero Acebes no parece que esté por la labor. Sería el peor servicio que podría hacer al partido. Espero que Rajoy sí se dé cuenta del asunto aunque no las tengo todas conmigo. El nombramiento de Soraya como portavoz parlamentaria, aún con las lógicas críticas y recelos que suscita, es un soplo de aire nuevo y merece su oportunidad. La designación de Pío García-Escudero, sin embargo, es continuista e inmovilista. Una de cal y otra de arena. Este Rajoy parece gallego, no se sabe si va o viene...
Los afiliados de base esperamos mucho de este congreso pues entendemos que ha de marcar el rumbo del partido para los próximos años. De la renovación que proponga Rajoy y de los cambios que se admitan en los estatutos del partido dependerá el apoyo que reciba de los compromisarios.
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