martes, 17 de julio de 2007

Reformas necesarias III: El sistema educativo español

Cuando empecé con la serie de “Reformas necesarias” no podía imaginar que nuestro modesto blog tuviese la influencia que ha demostrado. Nuestros popes en Génova están deseosos de leer cuanto aquí publicamos para transcribirlo fielmente en sus idearios y volcarlo en sus discursos políticos. Está claro que pertenecemos a la crème de la crème, creamos opinión…

Bien, después de este humorístico autobombo debo reconocer que me ha satisfecho sobremanera leer esta noticia que parece plenamente coincidente con lo que expresábamos en el post del pasado 5 de mayo y que estrenaba esta serie. Espero que el resto de “Reformas necesarias” que en estas páginas estamos desgranando sean también una prioridad para nuestros dirigentes populares. Desde aquí se lo recordaremos cuantas veces resulte necesario, que no serán muchas porque, es evidente, nos leen a diario.

La reforma que hoy quiero tratar es la de la EDUCACIÓN y el sistema educativo en España. Y no hace falta un gran análisis para determinar que es una de las asignaturas pendientes de nuestra democracia.

La Educación es uno de los pilares básicos de la sociedad y así lo han entendido los distintos gobiernos democráticos –o no- de nuestro país. El control del sistema educativo, junto con el de los medios de comunicación, es la mejor herramienta para formar y deformar a la sociedad y, por tanto, manipularla al antojo de los gobernantes. La obsesión por este control ha generado un largo rosario de leyes en España que, lejos de mejorar la situación, cada vez la retuercen y complican más.

Mi especialidad no son los temas jurídicos pero creo recordar que las principales leyes que han tratado de regular el sistema educativo español –desde los últimos años del régimen franquista- han sido la LGE (Ley 14/1970 de 4 de agosto, Ley General de Educación y Financiamiento de la Reforma Educativa), la LODE (Ley Orgánica 8/1985 de 3 de julio, Ley Orgánica Reguladora del Derecho a la Educación), la LOGSE (Ley 1/1990, de 3 de octubre, Ley de Ordenación General del Sistema Educativo), la LOPEGCD (Ley Orgánica 9/1995, de 20 de noviembre, Ley Orgánica de la Participación, la Evaluación y el Gobierno de los Centros Docentes), la LOCE (Ley Orgánica 10/2002, de 23 de diciembre, Ley Orgánica de Calidad de la Educación) y la LOE (Ley Orgánica 2/2006 de 3 de mayo, Ley Orgánica de Educación).

Esta sucesión de leyes, y otras de rango menor, ha originado que cada pocos años se haya producido un cambio en el sistema educativo que ha conducido a su inevitable desestabilización. Así, nos resulta difícil comprender en qué curso están nuestros hijos cuando tenemos que realizar una compleja equivalencia entre E.S.O., B.U.P., C.O.U., P.R.E.U., Bachilleratos, Reválidas, Selectividad, Educación Primaria, Secundaria… o la madre que los parió.

Pero esto, aunque enredoso, no es lo verdaderamente importante. En realidad resulta indiferente cómo se llame el grado que cursa nuestro vástago, mientras los contenidos sean los apropiados.

No quiero entrar a valorar aspectos tan suculentos como la tristemente famosa y actual asignatura de Educación para la Ciudadanía, ni lo positivo o negativo aportado por las distintas leyes antes mencionadas. Este análisis, que es sin duda apetecible y esclarecedor, lo dejo para los que leáis estas líneas si os apetece. Por mi parte sólo quiero dejar constancia de dos aspectos que entiendo fundamentales y que, desde mi punto de vista, son las claves de esta “Reforma necesaria”.

En primer lugar creo que es INDISPENSABLE que las transferencias en materia de Educación sean derogadas y el sistema educativo sea único y estable en todo el territorio nacional. No podemos consentir que los niños de las distintas comunidades autónomas sean educados a conveniencia de los regionalismos excluyentes reinantes y que, según su situación geográfica, aprendan que el Ebro nace en tierras extrañas o que Navarra es la región más antigua de Euskadi,

Y en segundo lugar, algo que es verdaderamente necesario, es un PACTO en materia educativa entre, al menos, los dos partidos mayoritarios de ámbito nacional. No podemos seguir con leyes impuestas por media España a la otra media y que, sistemáticamente, sean derogadas a los pocos años de su vigencia. Si queremos un sistema educativo fructífero debemos desarrollar un marco estable y que se prolongue en el tiempo sin más cambios que los que la propia dinámica social vaya demandando.

La consecuencia de una gestión educativa errática como la que arrastramos desde hace tantos años se manifiesta en la pérdida constante y paulatina de prestigio de nuestras Universidades. No sólo los jóvenes llegan a ellas con peor preparación y enormes diferencias según la autonomía de origen, sino que los titulados que de ellas salen, los que gozaban de prestigio en Europa y el resto del mundo, hoy son “titulados del montón”. Debemos tratar de invertir esta marcada tendencia.

En definitiva las dos ideas expuestas, el pacto educativo y la uniformidad educativa nacional, son los dos aspectos que entiendo deben ser desarrollados necesariamente y en el menor plazo de tiempo para conseguir una mejora sustancial del sistema educativo español.

5 comentarios:

Anónimo dijo...

Lo de derogar las competencias de las CCAA en materia de educación es muy difícil y no es "políticamente correcto". No lo harán nunca, ni el pp ni nadie.

Xixarro dijo...

Siendo que estamos completamente de acuerdo tú yo yo en los contenidos esenciales de la reforma educativa que citas, añadiría alguno más, que a modo de sugerencia debería ser estudiado. No voy a generalizar si recuerdo aquí que el candidato a la presidencia del gobierno regional de Madrid, el señor Simancas, tachó de autoritaria la propuesta electoral del PP en Madrid acerca del contenido de su reforma educativa regional, cuando lo que proponía era promocionar a quien se esforzara y ayudar a quien no lo hiciera, pero sin regalarle nada. Estoy seguro que la mayoría, si no todos, de los afiliados socialistas que son padres estarán de acuerdo en que el sistema educativo actual, en cuanto a calidad de resultados de la formación académica, y en cuanto a civismo y educación ciudadana se refiere, falla estrepitosamente.

Pero una cosa es usar a la juventud para conseguir votos (cosa que creo que no le fue bien) y otra querer que tu hijo no atienda a valores tan fundamentales como el respeto a los demás, el esfuerzo personal para conseguir cumplir los objetivos fijados y salir a la calle con la confianza de un buen aprendizaje escolar. Sin estos logros, el escolar saldrá a la calle dotado de escasas oportunidades para enfrentarse al mundo actual.

Que la autoridad no está reñida con el espíritu democrático de una nación es una verdad de perogrullo. En todas partes existen escalafones de mando y responsabilidad, tanto familiares, como laborales o institucionales. Y aprender este principio no significa castigar, ni impedir el progreso del alumnado durante su escolarización (extiendo este concepto a toda la vida de estudiante del alumno, no únicamente a la escuela primaria).

Como tampoco supone ninguna merma de derechos el exigir que el alumno aprenda y sea evaluado conforme a sus conocimientos. Puedo hablar por experiencia propia personal que la dejadez en este sentido, en alguna asignatura que estudié durante mis años de bachillerato, me causó muchos problemas y ninguna ventaja. Afortunadamente, con esfuerzo (necesario, sin atajos), pude superar la merma en formación adquirida en esas asignaturas en particular y hoy, felizmente, ejerzo mi profesión, la que siempre deseé, con gusto y sin arrepentirme más que de no haberme esforzado un poco más cuando era la ocasión. Eso me habría ahorrado muchos problemas posteriores.

En cuanto a los contenidos políticos de mi comentario, creo que son inexistentes y poco costaría llegar a un verdadero acuerdo entre las dos grandes (y necesarias) fuerzas políticas de España. Son razones prácticas y reales. Estoy seguro que no se hallarán contras a mi afirmación.

Y por supuesto, y reincidiendo en el apartado que cita Tío Pop, la educación no debe tener tintes políticos a favor o en contra de ninguna región, ni del propio país. Por eso no se puede dejar en manos de los gobiernos autonómicos. La educación es única y generalista. Todos vivimos en el mismo país. Proponer conceptos diferentes, por haber nacido en una u otra región es un gravísimo error, que conduce a la falsedad de principios y fundamentos que confundirán a toda persona que los haya aprendido. Se han cometido verdaderas barbaridades que tildaría de "lavados de cerebro" a los niños y jóvenes, esponjas que absorben todo lo que nosotros, "los mayores" les enseñamos.

El asunto de la reforma educativa, creo además, debe plantearse desde la perspectiva de cualquier padre. Mirar las cosas desde este nivel no puede ser tachada de imprudente ni reaccionaria, ni mucho menos de crispadora o dictatorial. Cualquier otro político que hable en términos políticos (generalmente excluyentes) de la educación, ateniéndose a transferencias competenciales, mostraría una intención claramente partidista y la educación no es la herramienta que se debe utilizar para crear corrientes ideológicas a favor o en contra de ideas o pensamientos políticos. Para eso está el posterior discurso, que deben llegar ya en la vida adulta del alumno, que a partir de la mayoría de edad ya puede ejercer su derecho democrático al voto en cualquier referendo de España. Los grupos políticos que deseen llegar a las masas no lo deben hacer preparando a éstas desde los colegios, institutos o universidades, sino en los mítines y declaraciones políticas a las que todos tenemos acceso gracias a los medios de comunicación.

Sinceramente, no me importa lo que se pueda pensar como votante de una u otra corriente política en esta materia cuando escribo estas líneas. Atiendo únicamente al sentido común. Es lo que trato de defender con mi opinión.

Miss Peras dijo...

Pop y Xixarro, tenéis más razón que la mujer de Kant, que se llamaba Pura.
La educación es un tema fundamental: lo importante no es llenar la cabeza con datos más o menos útiles sino enseñar a pensar. Si en España hay tan poca ciencia, por ejemplo, es porque no te enseñan a poner en duda una afirmación o tratar de demostrarla sino que hay que aceptarlo todo como artículo de fe. Así nos va... Para mí el mejor programa científico es Mythbusters, en Discovery, porque dos cachondos con cara de loco se dedican a poner a prueba leyendas urbanas absurdas: "Hey, ¿sabéis si es verdad que el graznido de los patos no hace eco?" Los tíos se buscan unos patos y unos micrófonos...
Uno de los libros que más me han gustado es el Paideia de Werner Jaëger. El bueno de Werner se hizo la siguiente pregunta: "Vamozavé, ¿por qué los griegos se lo inventaron todo? ¿No será porque su forma de educar a los niños era estupenda? Leí el libro de cabo a rabo, un par de veces, y aunque a veces es pesado, me gustó mucho que Jaëger supiera plantearse las cosas. Grandes imperios muy ricos no han inventado nada, y los griegos sí. ¿Por qué?
Si la educación escolar está mal, la Universidad está peor. Más del 93,3% de las plazas se adjudican a gente que ya está contratada por la Universidad, y el 66% de las oposiciones son oposiciones contra uno mismo, porque sólo hay un candidato. Mirad este informe:
http://www.iesam.csic.es/doctrab2/dt-0608.pdf

Por cierto, Pop, es cierto que nos leen, y no sólo en Génova sino en los periódicos. Fijaos en nuestra entrada del 30 de junio. Pues al día siguiente, 1 de julio, la tercera de ABC practicamente calcaba el título y parte de los contenidos. A ver si Stardust, Misis Mografo y los demás miembros se retratan y escriben algo.

Anónimo dijo...

Visitad Andalucía CejiJunta:

Opina libremente sobre el gobierno y desgobierno de la Junta de Andalucía (Blog creado el 1 de Mayo de 2007). Mándanos tus sugerencias a: andaluciacejijunta@gmail.com

http://juntadeandalucia.blogcindario.com/

Tío Pop dijo...

Tal vez tengas razón, "Marianito", pero hay que tomar el toro por los cuernos. Aquí todo vale cuando uno está en el poder... ¿o eso es sólo para los socialistas?

No sé cuál debería ser el sistema, si una derogación de transferencias (no sé siquiera si puede expresarse así) o una norma nacional, superior al ámbito de las CCAA, que sea de obligado cumplimiento. Pero hay que hacer algo.

Hay que tomar decisiones valientes y tirar "palante". Y el problema no consiste en tomar esa decisión, sino en saber explicarla al electorado, una asignatura ciertamente pendiente aún en nuestro partido.

Xixarro, muchas gracias por tu elaborado comentario. Efectivamente es una cuestión de sentido común.

Miss Peras, no sé yo si hay que remontarse al sistema educativo de la Grecia clásica -luego dirán que olemos a naftalina-, pero es un dato. Está bien eso de que nos lean ;)

Un abrazo para todos.