miércoles, 4 de abril de 2007

Parecidos irracionales

La demagogia es un arte muy antiguo. Consiste, básicamente, en hacer escuchar al pueblo aquello que precisamente le agrada oír, con el único objetivo de permanecer en el poder. Es, por tanto, un intento de perpetuarse que lleva consigo -el propio diccionario de la RAE así lo contempla- una implícita degeneración de la democracia.
Estos guiños al electorado se intensifican cuando el gobierno de turno carece de otros argumentos y recurre sistemáticamente al ataque frontal a sus adversarios y a la utilización de obsoletos argumentos que en otro tiempo les pudieron ayudar a cosechar buenos resultados.
Acabo de leer el último apunte en el cuaderno de pepe blanco (él mismo lo escribe así, es más "pogre" con minúsculas) y he recibido una sobredosis, espero que no letal, de esta mencionada demagogia. En el comentario, el insigne socialista se pregunta ¿Adónde va Rajoy? y su interrogante le sirve de pretexto para articular un discurso en el que enarbola los consabidos argumentos en contra del PP y sus dirigentes. Y, como siempre, acusando a la oposición de lo que él mismo ejemplifica: no tener argumentos políticos. De vez en cuando me doy una vuelta por allí, es sana curiosidad, y siempre he comprobado la obsesión de este señor: el ataque sistemático a Rajoy, Acebes, Zaplana... y a todo el PP. No se ha olvidado de Aznar, por supuesto, al que brinda su envenenado recuerdo ya desde su autógrafo perfil -incluso alguno de sus fieles lectores y aduladores se permite aconsejarle que abandone esas obsesiones y que escriba de política, lamentable-. Eso sí, siempre autoenvuelto de púrpura y seda, ofreciéndose al respetable pero no permitiendo comentarios anónimos a sus posts y teniendo habilitada la moderación de los mismos, es decir, toda aportación es previamente bendecida por su santidad. Debo suponer que esa criba tiene la intención de ofrecer a sus lectores sólo aquello que le interesa. ¿No sería más honesto salir al ruedo a pecho descubierto?
Pero este abuso de la más pura demagogia, por mucho que lo diga el diccionario de la RAE, no es preceptivo únicamente de los estados democráticos. El populismo que invade hispanoamérica nos aporta innumerables ejemplos. Ejemplos que, bajo el paraguas de una revolución bolivariana, socialista o popular, esconden regímenes cuasi totalitarios o muy próximos a dictaduras, eso sí, disfrazadas de izquierdismo. Incluso el temible e incendiario presidente iraní, Mahmud Ahmadineyad, es un experto usuario de esta demagogia desde su atril, realmente lejano a un régimen democrático.
El caso de Irán es realmente sorprendente. La utilización de explosivos discursos presidenciales mantiene al pueblo en un estado de constante efervescencia próximo a la irracionalidad. Se ha lanzado el mensaje de que "Occidente es el enemigo" y se alienta a las masas a que afilen las uñas de sus zarpas en previsión de uso. Este tórrido mensaje al pueblo se complementa con la constante provocación internacional en una intención que se me escapa. Si lo que se busca es la reacción, entiendo que es una insensatez. Si es una demostración de fuerza, desde occidente no se entiende más que como una amenaza de descerebrados islamistas radicales. Me preocupa.
¿O no es de preocupar el discurso del presidente de toda una nación que anima a eliminar del mapa al estado de Israel, que niega el holocausto judío, que tensa la cuerda de las relaciones internacionales con la carrera nuclear, que se jacta de la fuerza de los suicidas como "recurso", que mantiene secuestrados como rehenes a quince soldados británicos...? Y todo ello envuelto en demagogos discursos en los que se atreve, por ejemplo, a pedir a Gran Bretaña que, ante la próxima liberación de los soldados, no los "castigue por haber dicho la verdad". Sublime.
Y, por último, ruego públicamente a Miss Peras que me disculpe por haber utilizado gran parte de los argumentos con los que ella se me adelantó anteayer, un par de entradas más abajo, como siempre con mejor pluma que la mía.
Hoy, miércoles santo, como miles de cofrades de toda España, miro al cielo implorando que cese la lluvia. La que moja y la que escuece.
Feliz Semana Santa.

1 comentario:

Miss Peras dijo...

Gracias Pop, me excita que me cites.
Tienes razón en leer la Historia Interminable para pepiños blancos y de color; hay que leer lo que escriben nuestros competidores. Zapa es un cadáver político, su locura resulta excesiva incluso en España. Pero todavía hace daño y tiene recursos. No sé si te has fijado en el Misterio de Conde Pumpido, capítulo II. De la noche a la mañana, se muestran muy críticos con HB y detienen etarras. Pues muy bien. Pregunta: ¿es un paripé? ¿Habrán llegado a un acuerdo con la Madre de Todas las Ratas para evitar que la ETA nos joda la Semana Santa? ¿O es que de verdad el Gobierno es consciente de que con el tema ETA la está cagando por encima de lo normal, incluso en Zapa? En Génova no tienen acceso a la información porque yo creo que las vías que usan para informarse están manipuladas por los sociatas, que les mandan agentes triples para sembrar aquello de pistas falsas, de nitroglicerina fantasma y de aventuras animadas de ayer y hoy.
Hay que aceptar un hecho: ellos tienen el poder y lo controlan todo. Nuestra única posibilidad es sacar a la luz sus contradicciones. Ayer vi un artículo de Rafael Ortega muy interesante al respecto:
http://www.gees.org/articulo/3793/