jueves, 12 de abril de 2007

¡Adiós, policía, adios!


Lo que está ocurriendo con la investigación judicial sobre el 11-M puede no sólo perjudicar al PP sino acabar destruyendo toda la cúpula policial. El Saturno de Moncloa devora a nuestros mejores elementos, con gran satisfacción de los etarras.
El número montado alrededor de la declaración judicial de nuestro eurodiputado, el Sr. Díaz de Mera, (ver aquí), cuya actitud me parece absolutamente respetable, no es bueno para nosotros, nada bueno. Pone en duda nuestra credibilidad. Y ahora, ¿qué hacer? ¿Qué puede hacer Rajoy? Lo malo es que no puede hacer gran cosa. Ni siquiera debiera hacer nada. Cuando estás en las arenas movedizas, la única estrategia posible consiste en no hacer nada, rezar y esperar a que alguien pase y te tire un cable. El peligro de lo que está pasando con la investigación del 11-M es que se adjudiquen al PP actitudes o teorías que nunca han sido de nuestro partido o de su Ejecutiva nacional.
En estos momentos, es el momento de reflexionar con la cabeza fría: ¿dónde están las pruebas de que ETA participara en esa matanza? Ya expusimos en este blog, (aquí), nuestra opinión sobre ese asesinato masivo: una de dos, o fuimos maravillosos luchando contra los etarras, y sin embargo la ETA nos montó el mayor atentado de la historia de Europa, o bien lo de Atocha no fue cosa de la ETA. Son opciones difícilmente compatibles.
Han pasado tres años, y convendría recordar que gobierna el PSOE. Gobernar, para el PSOE, significa que cuando toman una decisión, la llevan a cabo contra viento y marea. Me parece una forma estupenda de gobernar; qué pena que lo que decidan sea lesivo para España, para la Justicia y para la inteligencia. Pero hay que reconocer que son políticos, y en eso mejores que los nuestros: no hay submarinos del PP en la administración del PSOE. En cambio no estoy seguro de que en su día gobernara el PP o por lo menos gobernara Acebes en su ministerio porque si es verdad lo que dicen los conspirativos, en ese ministerio nadie se enteró de nada hasta después de la matanza. Zapa ha decidido desacreditar completamente al Partido Popular imputándole, como durante las tristes jornadas del 11 al 14, actitudes y declaraciones que no son obra de nuestros dirigentes pero que demuestran que somos el Partido de la Mentira. Zapa va a por todas, porque como todos los fanáticos peligrosos, es un tanque lanzado sobre una fábrica de Sevres y Bacarrá.
Cuando los medios y la cosa política se fijan en algo, lo aniquilan, se trate del fútbol o de los osos panda. Son como grandes lupas que a fuerza de concentrar la luz en un punto, lo achicharran. En su día, el escándalo Perote acabó con la carrera de Emilio Alonso Manglano y destruyó lo que quedaba del CSID. Precisamente en el haber de Manglano estaba el único éxito conocido de nuestros servicios de información: desmontar el 27-O. El Centro Nacional de Ininteligencia (CNI, ex-CSID) es hoy por hoy un cadáver compuesto por típicos funcionarios que practican el escaqueo como una de las bellas artes y su incapacidad ha quedado acreditada a lo largo de una larga historia de desastres que empezaron en el franquismo, cuando ETA asesinó a Carrero Blanco; por aquel entonces los servicios de información se llamaban SECED, los acababa de crear el propio Carrero. Ya en el periodo democrático, el CSID no avisó del 23-F -¿lo organizaron ellos?-, no avisó de Perejil, no avisó de Atocha, no avisó de Barajas. La cara de imbécil que se le quedó a Zapa cuando tras anunciar como Papá Noel que la paz era inminente y los etarras volaran la T-4, no era en realidad la cara de imbécil de Zapa, sino la cara de todos los imbéciles que se supone que tenían que informarle. Porque Zapa, de imbécil, nada.
Los espías españoles están desmoralizados porque ya no saben para qué o para quién trabajan. ni si cuando trabajan acabarán en la cárcel. Cuando llueven expedientes, abogados y citaciones judiciales lo importante es buscarse algún despacho y adoptar un tono gris intenso, yo no sé nada, yo no hago nada, yo pasaba por aquí, tralalí, yo pasaba por acá, tralalá.
En las estructuras jerarquizadas y piramidales, no hay nada peor que una investigación porque entonces se presiona a Fulano para que delate a Mengano creyendo que Perengano va a chantajear a Zutano. Al final del proceso, del pifostio y del pandemonio, COPE ha ganado más audiencia, Polanco ha vendido más periódicos, El Mundo recibe otro premio, y los Bergareche se compran un nuevo Jaguar; sí, pero luego queda en una acera el cadáver físico o metafísco de una institución, de sus componentes, humillados, jodidos y mal jodidos, de por vida.
Zapa, no me cansaré de repetirlo, no es ningún tonto. Es un demente. Y como demente que es, no le importará sacrificar toda la cúpula policial antiterrorista en el altar del PSOE. Arañará tres votos más, conseguirá apaciguar los verdaderos escándalos, y mientras tanto, Otegui echará un par de palos con su novia, para celebrarlo; se reirá, como se ríe siempre. Lo malo de las victorias de Zapa, es que quien las celebra al final siempre es Otegui... ¡Champán, más champán! Cuando los buenos se suicidan, los malos se van de boda.

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