lunes, 28 de enero de 2008

HACER EL EGIPCIO


Nuestro Faraón, Zapatero I, ha dado con la clave para que las familias lleguen a fin de mes: regalará 400 euros, que salen del bolsillo de todos, para ir al bolsillo de casi todos, a partir de junio próximo. Dicho en plata: si usted vota a Zapatero, Zapatero le dará 400 euros. Como siempre, en su máxima incapacidad creativa, han puesto en bandeja al PP la fórmula para ganar las elecciones o, en todo caso, rebatir al PSOE con una propuesta mejor: el PP debe regalar 600 euros a todas las personas que declararen la renta y, además, 400 euros a los que no declaren y, encima, 1.000.000 de euros a los que defrauden a la hacienda pública. Así llegan a todos. Si es que nos lo ponen a huevo, de verdad.

Pero a mí me preocupa más el fondo de todo esto: Si en mi trabajo alguien acudiera a mí y, para solucionarle un problema particular, me ofreciera dinero –por ejemplo, 400 euros, que sacaría del depósito de caja desde donde se pagan las nóminas a todos mis compañeros de trabajo-, me estaría chantajeando o sobornando. Independientemente de que pudiera ser constitutivo o no de delito, es algo que tiene un claro carácter inmoral. Me estaría comprando mis servicios para sus intereses particulares, cuando mi opinión debería ser imparcial.

Pero peor puedo pintarlo si especifico más aún esa imaginaria situación: supongamos que mi visitante me paga 400 euros –que ya hemos dicho que proceden del dinero de todos mis compañeros de trabajo-, por mirar hacia otro lado y dejar que este señor tan amable y talentoso siga sentado en un sillón, con la posibilidad de hacer y deshacer lo que se le antoje y arrastre a la ruina moral y económica a todo un país.

Supongamos que, vista mi dificultad para llegar a fin de mes, teniendo o no que alimentar a una familia, educar o no a unos hijos, atender o no a mis familiares mayores y, con lo que me sobra, permitirme algún capricho que me de alguna que otra alegría en esta vida limitada y única que nos ha tocado vivir, acepte esos 400 euros anuales (unos 33,33 euros mensuales) y mire hacia otro lado. Supongamos que, visto el currículo que arrastra el individuo que me propone semejante trato de soborno y/o chantaje, en el que el individuo no ha conseguido nada productivo para el país, en el que se ha dedicado a crear leyes más o menos mediáticas, pero poco interesantes y prácticas para la mayoría de habitantes del país, en el que se ha trabajado en la sombra, ocultando la verdad de sus actos, reconociéndolo después abiertamente, diciendo que nos ha mentido y pidiéndonos su confianza pese a ello. Supongamos que pese a todo ello, nosotros no damos importancia a esas cosas y lo que miramos es que nos van a dar 400 euros si le votamos y con eso ya damos por solucionados todos nuestros problemas.

Supongamos que eso es lo que yo acepto en mi trabajo y, de cara a los demás (pues sería algo que se haría público), pongo cara de satisfacción. Mis compañeros, a los que les he sustraído parte de su salario aceptando el acuerdo del desconocido que me visitó, probablemente me verían como una persona que ha actuado egoístamente y de forma inmoral. Posiblemente, la parte que les he sustraído de su salario, a cada uno de ellos, sea algo insignificante –quizá un euro por persona-, así que no debería tener remordimientos de ningún tipo, pues poco afecta a quienes han de sufrir mi facilidad de cesión ante un desconocido.

Pero es que, además de quedarme con el dinero de mis compañeros, ayudo a que un incompetente, incapaz de convencer a nadie ni de mostrar hechos objetivos que le avalen, se dedica a comprar mi interés para seguir con su persona en un lugar de relevancia, mientras yo miro para otro lado.

A esto, coloquialmente, se le dice “hacer el egipcio”.

Yo no pienso “hacer el egipcio” en las próximas elecciones, sobre todo porque no quiero que parte de mis impuestos vayan a parar a otros “egipcios” que sí cedieron. Quiero que mis impuestos vayan destinados allá donde hagan falta y no a los bolsillos de unos particulares que, por flaqueza o necesidad extrema, aceptaron unos cuantos paupérrimos euros y no confiaron en que había otra persona que podía cambiar su situación y mejorarla, sin contar con aprovecharse de otras personas para ello.

Terminemos con una sugerencia: en caso de que no aceptemos “hacer el egipcio”, siempre podemos votar al PP. Quizá las cosas así irían mucho mejor y no recibiríamos visitas de faraones iluminados.

4 comentarios:

Miss Peras dijo...

Tienes mucha razón Xixarro, y añadiría que yo no sólo no quiero hacer el egipcio, tampoco quiero hacer el panoli o sea, el primo. Por cierto ¿cuál es la patria de los primos? Imagino que es España por aquello de que el español es panoli...

Alberto Esteban dijo...

Efectivamente, votar al PP es la única solución ante las "peculiaridades" protagonizadas por este gobierno.

Saludos

Pocomancha dijo...

Tanto habla de IgualdaZ, y resulta que la medida de los 400 euros no alcanza para los autónomos...

Xixarro dijo...

Ahora ya sí, ahora ya sí. Se dieron cuenta del "bug" de su propuesta y ya lo han corregido. Y hoy he podido ver a Solbes sonriendo detrás de Zapatero, en un mitin donde hablaban de estas medidas económicas de "ahorro". Con eso queda confirmado que el Vicepresidente Segundo y Ministro de Economía tiene un doble.

Es que no hay drogas que te puedan adormecer tanto ante los disparates de tu jefe.